La verdadera bonanza de América Latina
De un tiempo para acá, los organismos especializados y las instituciones multilaterales que operan en y se enfocan hacia América Latina no pierden oportunidad para festejar que esta región, la más desigual del planeta, reporta "el mejor comportamiento económico" en muchos años con "un crecimiento sin precedentes", según afirman.
Tales son los casos de la Cepal y el Banco Interamericano de Desarrollo, los cuales, a pesar de que la gran mayoría latinoamericana no comparte su alegría ni coincide con su teoría de bonanza virtual, porque ella sufre la realidad y los organismos sólo la interpretan, no cejan en su empeño por convencer a más de 220 millones de latinoamericanos que sobreviven en la miseria y la pobreza para que, junto a ellas, echen las campanas al vuelo por tan agradable panorama.
Pero la sonrisa es para la foto, porque la realidad es dolorosa, y de ella dan cuenta, inclusive, investigaciones e informes que organismos especializados como la Cepal divulgan, sin tanto bombo y platillo como los reportes sobre la bonanza virtual. Uno de ellos (El impacto social y económico de la desnutrición infantil en Centroamérica y República Dominicana, como parte del proyecto conjunto Análisis del impacto social y económico del Hambre en América Latina) se conoció ayer, y en él se advierte que la región muestra una paradójica situación: la presencia simultánea de los dos efectos extremos de una mala nutrición, la obesidad y la desnutrición. "Esta situación no es un mero accidente sino reflejo de las grandes inequidades en el ingreso"; el costo económico de la desnutrición estimado para los países de la referida subregión, alcanzaría 6 mil 700 millones de dólares, con Guatemala a la cabeza.
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